Uno.
Mi nombre es Sophie, Sophie
Bellew, y toda mi historia gira en torno al día que lo conocí. Ahí estaba,
parada frente a lo que sería mi nueva escuela y en teoría mi nuevo hogar, el olor a césped recién cortado
inundaba aquel enorme jardín por el cual minutos antes había entrado. El escudo
se irguió imponente ante mí, perfectamente tallado en piedra casi azul. Bien, entremos, susurre para mí. La
mezcla de aromas me mareó un poco, algunos perfumes eran muy dulces, por otro
lado se encontraba el aroma de limpia-pisos que utilizaban, cítricos. Me abrí paso entre alumnos con
uniformes increíblemente arreglados, se ven tan perfectos con ellos, al
instante supe que no sería fácil adaptarme, parecen
máquinas.
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